Soy tan bueno como el fuego
que lo arrasa todo sin dejar nada a cambio
que destruye los recuerdos
de lo que un día fue perfecto
que borra las marcas
que dejaste en mi almohada
Soy tan frío como el hielo
que congela lo que siento
como un reloj sin aliento
como el primer día que dije “te quiero”
Soy libre como el viento
que no prevé su movimiento
que siempre tiene donde ir
que apenas tiene que pensar
dónde acabará mañana
Pero más que nada en el mundo, más que nada
Soy la máquina que conserva
En sus ojos tu mirada
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