me encanta despertar
conversando con mis cosas
el desagüe eructa, yo toso
la multitud grita en la ducha
el grifo nos susurra
secretos al oído
y cuando estoy más rodeado
y acogido en su quietud
sólo entonces caigo en cuenta
lo que me falta eres tú
vuelvo a la cama
deseando soñar con que sea mañana
es lo menos que merezco
controlar por fin el tiempo
los leones tienen alas
las camisas me alimentan
y un instante de mil hojas
pide hora y me despierta
aún me quedan quince horas
para poder cantar victoria
la batalla no está ganada
y la guerra es otra historia
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